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Visitas guiadas


Tradicionalmente, se ha asumido que la literatura mexicana se escribe en español. Y, en efecto, a lo largo del tiempo, desde el siglo XVI, la lengua de Cervantes ha conocido momentos de esplendor en las obras de autores de lo que hoy llamamos México. Sin embargo, hay otra realidad: las letras de este país también tienen y han tenido expresión en otras lenguas. Esa realidad es la que buscamos reflejar en este expediente. Por un lado, al día de hoy se reconocen 68 lenguas originarias nacionales. Hemos invitado a tres reconocidos poetas que han enriquecido su lengua materna con sus creaciones: Esteban Ríos Cruz (didxazá, o zapoteco, en su variante del Istmo), Rubí Tsanda Huerta (p’urhépecha) y Hubert Matiúwàa (mè’phàà, o tlapaneco si usamos el heteroglotónimo). Por otro lado, existe expresión literaria en lenguas alóctonas. La trayectoria del médico y ensayista Francisco González Crussí ha sido muy aplaudida; él ha escrito más de veinte libros en inglés y español, y todos ellos pertenecen con orgullo a la literatura de México. Hemos recuperado un poema en ídish del escritor Isaac Berliner, nacido en Łódź, Polonia, en 1899, quien llegó a México en 1922 y aquí entre nosotros, vuelto ya gran amigo de Diego Rivera, publicó en 1936 su libro de poemas y canciones Shtot Fun Palazn (Ciudad de los palacios). La poeta Myriam Moscona ha incursionado en la escritura literaria en ladino o judeoespañol, la lengua de sus antepasados, quienes llegaron a México procedentes de Bulgaria. El extraordinario cuentista catalán Pere Calders vivió en México más de veinte años, exiliado por la guerra civil española; acá produjo, en su lengua materna, buena parte de su magnífica obra literaria que aún espera lectores mexicanos. En Chipilo, Puebla, existe una importante comunidad de hablantes de véneto, lengua romance del noreste de Italia. El narrador Eduardo Montagner Anguiano ha desarrollado buena parte de su escritura en véneto y colabora en este número con una muestra de su notable talento.