Sugerencias de lectura:
Crítica literaria · Literatura hispanoamericana
La migración y sus narraciones
Coord. y ed. de Rodrigo García de la Sienra y Raquel Velasco
LIBREROS Y HALLAZGOS:
Migraciones culturales
Migrar es resistir, es negarse a aceptar el destino y apostar por la alternativa de arriesgarnos por caminos distintos para probar que la rebeldía a un statu quo es una de las cualidades más valiosas de la condición humana. Desde el umbral de la radicalización en términos económicos, la globalización y sus efectos de pobreza y discriminación, migrar aparece como el derecho a creer que las situaciones pueden cambiar.
Hemos visto que la migración es también una excusa para el encuentro con el otro. Ir de aquí para allá conlleva un ejercicio constante de búsqueda e indagación frente a lo que nos resulta ajeno. De ahí que la migración sea una manera legítima de acceder al conocimiento y quizá la forma primigenia que nos ha inspirado a avanzar. Migramos y aprendemos, migramos porque sentimos la necesidad de superar una barrera; migrar es resolver las cosas de manera instintiva sin detenerse a pensar en lo que está por delante, sino la meta a alcanzar. En cambio, sostenida en la intuición, la literatura abarca el sentido subterráneo y onírico de nuestra manera de aprehender el mundo.
En la literatura se aloja la posibilidad de observar el reflejo de la historia propia y la ajena, pues construye modelos para la existencia exentos de deber ser, y por ende útiles para contemplar y comprender, así sea de manera precaria, las variables del azar a las que nos vemos sometidos en tanto sujetos migrantes.
La migración y la literatura constituyen sendos procesos de suspensión provisional del mundo, que responden a necesidades de tránsito e implican transgredir fronteras, combatir situaciones límite, no sólo mediante el traslado del cuerpo, sino también a través de la expansión de la mente. Ambos procesos pueden proveer elementos para luchar contra los monstruos de la realidad o contra sueños que se han tornado pesadillas, gracias a la reinvención de los mitos y la conciencia de que, al ser un resquicio de la identidad, la lengua funciona como trinchera frente a lo incierto.
Como parte de su naturaleza intrínseca, la literatura migra de época, de significado, entre culturas, y cuando se encuentra con el otro, le ofrece una mirada política del mundo. Pues, tal y como ocurre con la literatura, la migración implica un ejercicio de resistencia que define una sutil geografía trazada por caminantes y habladores. En este territorio de desplazamientos corresponde al lector el trabajo de reconocer el sentido de la diáspora en un mundo de fronteras elásticas, pese a la contundencia de muros físicos o simbólicos, de los muros autoimpuestos o los que delatan el exilio. De esto da cuenta el libro La migración y sus narraciones, un esfuerzo colectivo de Fronteras poéticas / Poéticas de la frontera y la Red de Investigaciones Teórico-Literarias.
Aquí resumimos los distintos abordajes y voces críticas que ofrecen sus siete capítulos:
- En “La ciudad en Al otro lado, de Heriberto Yépez”, Rosa María Burrola Encinas reflexiona sobre el peso de la modernidad en los discursos americanistas y las nuevas regiones sustentadas en un orden distinto debido a las economías globales; analiza el espacio ficcionalizado por Yépez y los recursos del escritor tijuanense para interpretar la desterritorialización por la violencia y la contaminación de las ciudades, como un cuerpo enfermo, la metáfora de la agonía de la experiencia urbana y los límites indeterminados en las zonas fronterizas.
- En “La espera, lo imposible, la ajenidad. La figuración heterogénea de Don Diego de Zama”, Norma Angélica Cuevas Velasco acude a Zama, de Antonio Di Benedetto, para considerar las repercusiones históricas de la colonización a partir de la figura de un funcionario virreinal obligado a vivir en el exilio; la heterogeneidad que surge de exigencias sociopolíticas distintas a las que anhela; su narración humorística del mundo y el discurso paradójico que revela la autocrítica de sus derrotas.
- En “Sujeto migrante/migración subjetiva. El hablador, de Vargas Llosa”, Rodrigo García de la Sienra analiza la figura del hablador como un narrador mítico y la reconstrucción de sus rasgos autobiográficos: cómo negocia con las barreras que le impone su propia proveniencia cultural; con un ejercicio de traducción entre lo propio y lo ajeno, de reconocimiento de la alteridad, se recupera al sujeto heterogéneo y la constitución del migrante, con la fragmentación inherente a la migración y al conflicto que subyace en el quicio de fronteras no sólo espaciales sino simbólicas.
- En “Minar la escritura: Mito y oralidad en El zorro de arriba y el zorro de debajo, de José María Arguedas. La movilidad del sujeto migrante”, Mayco Osiris habla de un espacio ambiguo que da un nuevo sentido a la oralidad, nuevos matices del mito como evocación de las raíces, del pasado, de una identidad cambiante en el proceso de escritura.
- En “Migración: una épica de la hegemonía cultural”, Bryan Klett García trata de la función de los mitos al interior de la literatura; de nociones de frontera y centro como márgenes más mentales que físicos; identidad narrativa, desterritorialización, fronteras de carácter ambiguo, ¿se abandona la identidad con la migración?
- En “Migraciones intelectuales: el grupo Vuelta”, Malva Flores aborda el doble traslado de la integración de grupos con ideologías semejantes y la migración de creencias, cambios de postura de los escritores en relación con su manera de comprender el mundo.
- En “La diáspora y el muro”, Raquel Velasco habla del impacto de la guerra y la migración en el estado del arte: la diáspora ha conseguido derrumbar los muros levantados por la segregación.
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Rodrigo García de la Sienra y Raquel Velasco (coord. y eds.), La migración y sus narraciones, Literal Publishing, Houston, 2014; ejemplar disponible en el Fondo González Pedrero-Julieta Campos, que resguarda la Biblioteca de México, en La Ciudadela.