Este texto reúne impresiones en torno a Gruta, poemario de Tania Carrera publicado por la editorial queretana Herring Publishers.

Sugiero que las coincidencias se hagan a un lado. Si hay un estado que sabe de cavidades y rocas, este es Querétaro. Su cercanía con las minas lo dota de cierta intuición. Sin embargo, tal acercamiento no es exclusivo de los aquí presentes, el lector de Gruta puede recurrir a sus recuerdos más cercanos del primer contacto con una cueva o aquella vez que descubrió un misterio. Podría decir que el lector y lectora de Gruta se convierte en explorador de lo profundo, de lo que está oculto en la cavidad. Sugiero que los escuchas se deshagan de cualquier recuerdo anterior a este presente, sugiero que el lector no lleve prendas o cargas que no le permitan entrar a la Gruta. Vamos a ingresar: este es el momento, es necesario saber nadar, saber escalar los miedos, las glorias. Muy cerca de nosotros se encuentra el Loch Ness, la autora lo ubicó al principio del libro para recordarnos el reino caprichoso y oscuro de los órganos. El agua corre, escuchamos un llanto que se confunde con un respiro, alguien habita el lago, el agua corre, son anélidos: sanguijuelas, gusanos de tierra, gusanos de fuego, gusanos de olvido o de alguna memoria húmeda. Se los dije, si entraban debían saber escalar miedos chupa sangre. Lo confesaré; me gustan las sanguijuelas, manejan el arte de quedarse enganchadas a tu piel, ¿qué tipo de alimaña es esta, que provoca una herida si decides alejarte o deshacerte de ella? una herida parecida a una grieta a un agujero dentro del cuerpo. Me pregunto: ¿quién y por qué razón alguien haría un agujero en el cuerpo? ¿qué es un cuerpo? ¿cómo se perfora una montaña? ¿por qué alguien querría perforar una montaña? ¿qué fuerza es la necesaria para hacer un hueco en la majestuosa roca?

La primera casa fue mi gran hueco¹

¿Un hueco como un vientre materno? no, el hueco o cavidad al que se remite Tania Carrera es uno que está formado de distancias, de pequeños árboles de trauma, de la ponderación de la migaja. Sí, un agujero que se forma tras examinar qué es lo que está oculto en la tierra, en la entraña de lo humano, en la entraña de lo familiar, en la entraña de una misma, de uno mismo. Entonces, aparecen criaturas; ogros que a la luz del día pocas veces se muestran o mejor dicho se muestran de forma amable. Dime lector ¿qué criaturas habitan en tu gruta, en tu cavidad terrosa, debajo de tus pliegues montañosos, debajo de tu piel, detrás de tus huesos?

El código del calcio es indescifrable pero honesto.²

Las criaturas que habitan GRUTA son el diablo y la bruja. Sí, esta cueva es de las bestias, esta cueva es el reino de la ternura, donde una y otra vez las profundidades muestran aquellas vicisitudes que dejamos olvidadas, ocultas en la oscuridad, debajo de la cama o debajo de los años, esperando que algún día desaparezcan, se acumulan y seguimos esperando se marchiten o se pudran para ya no lidiar con ellas, qué torpes, aquello no sucede. Nunca sucede. El agua, las emociones, los sueños nutren y corren debajo de la roca, la perforan, gota a gota, sueño y pesadilla se mezclan. Miren, ese es el poder del líquido, abre y deja respirar las heridas de la roca, de pronto la gota fluye a río y ese río desemboca en cascada.

Las cavernas significan que la montaña ―montañita― tiene menos masa de la que pensábamos. Esa caricia tiene menos sustancia porque tienen cavernas. El poema tiene cavernas para que escurran las sustancias. […] Remienda el hueco con otro hueco. La mentira asistida. La duda sobre la existencia de algo que no tiene forma es una caverna asistida. Los huecos se llenan de lo inverso: lo que no entregas, te quitan doble. La caverna espera a ser descubierta, ser habitada. Desea. La primera casa fue mi gran hueco. La caverna siempre será la primera casa. Se sabe el hueco donde la masa acomoda. No puedes ser tu propia casa. Llenar la casa con la casa es destruir la casa. Potencia consumida. Necesidad. Necesitar es la casa. Acariciar es la casa³.

Gruta de Tania Carrera habita con aquellas criaturas y miedos que la mayoría de nosotros decidimos ocultar hasta el fondo de la tierra, la autora habita con amistad, acaricia y transforma en estalactitas aquellas memorias, las transforma también en minerales, en granitos de oro puro que solo aquellas poetas que van hacia las profundidades pueden ofrecer.

¹ Tania Carrera, Gruta, Herring Publishers, Querétaro, 2022, p. 73.

² Ibid., p. 45

³ Ibid., p. 73.

Texto leído el 15 de julio de 2022 en la Casa de la Contracultura, Querétaro, en la presentación de Gruta, de Tania Carrera.

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