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Cartomancia Suprema, de Benita la Bruja. Biblioteca personal Alí Chumacero.

Brujerías y Cartomancia Suprema. Arte de echar las cartas se localizan en la biblioteca personal Alí Chumacero y formaron parte de la exposición “Gabinete de curiosidades de la Ciudadela", realizada en el marco del 10° aniversario de las bibliotecas personales. En esta ocasión, reproducimos fragmentos e ilustraciones de dichos libros.

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Las brujas, amantes de Satán, de Jean-Michel Sallman. Biblioteca personal Carlos Monsiváis.

Desde tiempos remotos, la literatura ha registrado la interpretación que hombres y mujeres han hecho del futuro a partir de acontecimientos naturales o azarosos. En el canto XII de la Ilíada, por ejemplo, Polidamante persuade a Héctor de no pelear cerca de las naves de los dánaos señalando un mal presagio:

Pues he aquí lo que creo que se cumplirá, si es cierto que

a los troyanos, ávidos de pasar, les ha llegado el agüero

del águila del alto vuelo, bordeando hacia la izquierda la hueste,

que llevaba entre las garras una monstruosa serpiente encarnada,

viva. De repente la ha soltado antes de llegar al nido

y no ha terminado de transportarla para dársela a sus crías.

Así nosotros, incluso si las puertas y el muro de los aqueos

rompemos atacando con gran brío e incluso si los aqueos ceden,

no nos alejaremos de las naves en orden ni por la misma ruta;

pues dejaremos atrás a muchos troyanos, a quienes los aqueos

seguramente aniquilarán con el bronce en defensa de sus naves.

Así lo interpretaría un vate que con exactitud en su ánimo

conociera los prodigios y mereciera la confianza de las huestes.1


La tradición de los augurios es vasta. Las brujas, figuras centrales de la magia, son frecuentemente vinculadas con el arte adivinatorio. En Brujerías2, Fernando Gutiérrez enumera una lista de prácticas adivinatorias a las que recurren tales personajes femeninos:

Difícil es, naturalmente, determinar cuál, de todas las “mancías” conocidas es la más importantes; pero, cuando menos, sabemos, esos sí, cuáles son las más populares. A estas últimas pertenecen la Quiromancía, o adivinación por las rayas de la mano; la Cartomancía, o adivinación por los naipes, y la Brizomancía, Oniromancía, Oneiromancía o Somnomancía, o adivinación por los sueños.3

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Brujerías, de Fernando Gutiérrez. Biblioteca personal Alí Chumacero.

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Cartomancia Suprema, de Benita la Bruja. Biblioteca personal Alí Chumacero.

El segundo procedimiento enumerado por Gutiérrez coincide con otro interesante ejemplar de la biblioteca personal de Alí Chumacero: Cartomancia Suprema. Arte de echar las cartas, firmado bajo el nombre de Benita la Bruja. En uno de los capítulos se ofrece una lista de augurios buenos y malos durante la lectura. Más allá de promover el esoterismo, tales páginas resultan atractivas por sus cualidades literarias. Amalgamar un acto mundano o del azar con hechos futuros construye estructuras textuales cargadas de imaginación y plasticidad. A continuación, se reproducen estos fragmentos.

AUGURIOS

Que debe conocer el buen cartomántico

Es cosa bien probada que las más tenues causas producen grandes efectos en el acto supremo de rasgar el velo que oculta el Porvenir. Y la Cartomancia como toda arte adivinatoria, no está libre de los misteriosos influjos de la Naturaleza.

He aquí algunas observaciones que tienen hechas los más célebres adivinadores de la antigüedad, y que han sido comprobadas por los cartománticos de nuestros días:

Si cuando se corta la baraja, la persona interesada (hombre o mujer), en vez de cortar con la mano izquierda corta con la derecha, todo lo que dicen las cartas es incierto, lo que se nota en seguida por la extraña confusión con que ellas salen, pues ya de remotos tiempos con la mano izquierda se ha cortado, por ser ella a la que pertenece de derecho al corazón.

Si cuando se mezclan las cartas de la baraja para echarla se cae una al suelo, es de mal agüero, sobre todo si la que se cae es el as de oros.

Si cuando se echan las cartas revolotea una mariposa en torno de la persona que consulta, es de muy buen augurio y puede asegurarse que todo le saldrá muy bien.

Si al echar las cartas sobreviene una tempestad, es de mal augurio, por lo que el cartomántico obrará prudentemente en suspender la operación hasta que desaparezcan las negras nubes y vuelva a brillar el sol con toda su esplendidez.

Si cuando se echan las cartas se escucha el graznido de una corneja o bien el canto de una lechuza, denota siempre que el consultante tendrá noticia de la muerte de una persona muy querida.

Si cuando se echan las cartas se oye cantar a alguien o bien se oye música, es un buen augurio para la persona que consulta.

Si cuando se echan las cartas, alguien, por casualidad, interrumpe la operación, no augura nada bueno, y puede asegurarse que la persona interesada encontrará más de un obstáculo en lo que se propone. Si una vez empezada la operación de echar las cartas se pone a llover, no cabe duda, el consultante derramará muchas lágrimas.

Si al echar las cartas al cliente le sobreviene un dolor, sea donde sea, si es que no padece de tal dolencia, denota que padecerá muchísimo antes de lograr lo que pretende.

Y, finalmente, si durante la operación de echar las cartas se oye aullar a un perro, es de un augurio funesto, pues predice que siempre que en las cartas salga una persona enferma, ésta morirá irremisiblemente de la enfermedad que sufre.

Todos los augurios que acabamos de enumerar han sido experimentados por muchísimas personas desde los más remotos tiempos. Todas estas señales que parecen que nada tienen que ver con nuestro destino, son, sin embargo, los avisos que por medios ocultos nos traen las entidades que pueblan el plano astral.4

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Witchcraft, Magic and the Supernatural: The Weird World of the Unknown (London, Octopus Books, 1974). Biblioteca personal Alí Chumacero.

1 Homero, “Canto XII” en Ilíada, Gredos, Madrid, 1996, vv. 217-229.

2 Uno de los principales atributos de este libro radica en las 8 láminas en color y los 28 grabados en negro que acompañan el texto y que, por sí solas, constituyen un deleite para quien lo consulta.

3 Fernando Gutiérrez, Brujerías, Librería Editorial Argos, Barcelona, 1949, p. 10.

4 Benita la bruja, Cartomancia Suprema. Arte de echar las cartas, The Century Publishing Co. San Diego, Cal., pp. 66-68.