Clara, una mujer de edad madura, entabla un diálogo imaginario con las otras “Claras” que fue y se pregunta en donde quedaron arrinconados los instantes que alguna vez tuvieron importancia. A veces, la vida es un distante balcón desde el cual, en silencio, observamos transcurrir los fantasmas de aquello que recordamos, otras, la vida deja de avanzar hacia adelante quedando solo el camino hacia abajo y lo único que podemos hacer al atardecer es contemplar desde ese viejo balcón los restos de lo que fuimos y dejar caer en forma de lágrimas nuestros recuerdos, nuestros sueños, e incluso nuestra vida.
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